jueves, 19 de junio de 2008

Mis desgracias culinarias

No se que me sucede o si le pase a todo el mundo pero de repente las comidas en mi vida se ponen como de moda, a que me refiero con esto, supongamos que voy a un mercado y pruebo un helado "x", cualquier helado, no se si pueda ser el momento, el calor o sabrá el demonio que cosa que esto puede resultar ser el mejor helado del mundo, aún pudiendo ser el más asqueroso, de un color azul marino grotesco, con un olor pésimo, me podría parecer lo máximo, sublime en sabor y de ahora hasta que algo me suceda querré estar tragando helado en cuanta ocasión pueda.



Pues eso me pasó con el café frapucchino de Italian Coffe, vivía cerca de un establecimiento de estos y cada tarde, hiciera calor, frío, lloviese, nevara o estuviera temblando, ahí estaba yo muuuy sonriente comprando mi frappe, después conocí el que lleva galletitas de chocolate de Óreo y alternaba mis cafés diarios, lo más delicioso era la crema, esa crema espumosita de la que siempre he querido tener la receta, con sus chispitas de chocolate exquisitas, dios mio! bendito el que inventó el Caffe Italiano.



Duré no se cuanto tiempo enferma de cafés hasta que empecé a notar que los hipopótamos me empezaban a quedar cortos, que ya no era talla 9 sino 11 o hasta 13, no sé como le hice, pero tuve que parar y por mi salud y mi bolsillo porque no iba a renovar un guardarropa, tuve que decirle adiós al frappé y hacer una dietita, con lo que las odio.



Cuando dejé el café mi enfermedad la suplió el elote, si, esos elotes que vendía la señora regordeta en la esquina de la casa con su cremita, su quesito, chilito, limón, eran deliciosos. La desgracia vino cuando me mudé, no solo por la mudanza sino porque cierta noche, al salir del trabajo, no pude resistir y me dirigí a mi antigua casa, por suerte la señora estaba ahí y me fui muy contenta a casa con mi elotito, veía la tele mientras me degustaba mi casi banquete, pero, que es eso?, esa mancha negra al final del vaso? una cucaracha!!!!!!, sí señores, una pequeña y diminuta cucaracha se paseaba por el resto de mi elote... jamás volví a comprar elotes ahí! adiós querido placer.



Después en el trabajo tuve la costumbre de desayunar carnivoramente barbacoa, era tan suave, tan rica, tan...tan... hay no sé pero me encantaba, casi a diario le pedía a don Chilo el conserje que me trajera dos taquitos de barbacoa, con su chilito en vinagre y su salsita roja y ahí esta yo con mis taquitos deliciosos hasta que....

Cierto día abrí mi taco para ponerle más salsita cuando vi algo negro ahí entre la carnita perfectamente trozada, no sabia que era pero me pareció asqueroso, le llamé a Víctor mi compañero de oficina para revisar aquello ya que el también era un experto en barbacoas y que me va diciendo que era una asquerosa mosca panteonera!!!! guaaacala!, ese trauma sigo sin superarlo y desde entonces no he probado ninguna barbacoa.



Después al andar gusgeando en un Oxxo descubrí una botana increíble, churritos con papas doradas a los que podías preparar a tu gusto por la módica cantidad de 12 pesitos, les podías poner cueritos picados, limonsito, salsita, queso y demás, de verdad es una gran creación del oxxo, una buena idea como todas las buenas ideas que tiene esta cadena hasta que...

sí, me salió una pata picuda de cucaracha camuflajeadamente detectable en un churrito, fin del vicio.



Más desgracias me han seguido, gusanos, avispas, cabellos no pedidos etc. La foto que puse es del viaje a Cuernavaca, la mensa de Gloria andaba jode y jode que quería comer chapulines, llegamos casi de noche al mercado de pstiutzeo (nombre falso, no recuerdo el real pero por ahí va masomenos) y creía la muy ingenua que todos los puestos estaban cerrados y que se salvaría de su pseudo acto de valentía, pero oh! sorpresa, ese puesto quesadillero parecía estarnos esperando con su manjar de chapulines en tortillas verdes, negras y moradas y mi querida amiga no pudo retractarse, yo nomas aguanté una mordida, saben como a charales y las patas picudas molestan en la boca. Ella si se tragó su mega quesadillota completa, quien le manda, pa' que anda hablando a lo wey!



Y así alguna fuerza maligna de no se donde carajos se ha encargado de quitarme los buenos y malos vicios de muuuy mala manera, quizá porque me hacen daño, quizá porque solo juega conmigo, podrían haber mil razones, mientras tanto ahorita estoy en un stand by, mi único vicio son los antros (y hasta estos a veces me hacen daño, pues aún así me haya tomado una Pepsi fría y abierta por mí, no salgo ebria pero me siento tan mal al día siguiente como si me hubiera tomado una botella de vodka) y mi segundo vicio, las cenas de fin de semana en la casa de mis papás llámense "tacos de cuadritos" "tacos de la vuelta" "enchiladas de la pila" "cecina de mi tía rosa" "taquitos de la joyita" "quesadillas de las fuentes", cualquiera que sea la cena, es hasta ahora bien recibida, hasta que el ente maligno haga acto de presencia y me quita a su manera mi gusto culinario.

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