lunes, 31 de marzo de 2014

Conociendo el miedo...



Antier decidí acompañar a mi esposo a su trabajo, de "novios" (sin hijos), nos quedan pocos espacios de esos, de echo, casi ninguno, así que si algún día por ahí se nos asoma la posibilidad de huir dejando a los niños en buenas manos, no lo desaprovechamos...
Fuimos a la capital, de echo, el plan era el trabajo de él, por ahí nos desviamos al centro de la ciudad, traficado, no nos pudimos bajar... rayos!
Antes de regresar a casa de sus papás con los enanos, teníamos que ir a nuestra casa por algo que habíamos olvidado, pasamos de súper rápido, para entonces ya pintaban las seis de la tarde y el cielo estaba negro, una tormenta se avecinaba y así fué, el camino de regreso apenas nos dejaba visualizar la carretera...
El miedo me embargó, tantas cosas que se esperan ahora, accidentes, muertes, el clima, la distancia, la música era una combinación catastrófica, hubo un momento que mi mente se perdió y regresó a aquellos tiempos en que el piloto era yo, no había familia, ni hijos, ni esposo, ni miedo... volaba en carretera aún así estuviera empapada, el tiempo, la distancia o el peligro no existían para mí... no había miedo...
Si bien esa noche no estaban los niños con nosotros, aún así tenía miedo... si algo nos pasa, los niños se quedarán solos, ya no sólo era cuidar de ellos, ellos también me enseñaron a cuidar de mi, y hasta de él...
Bajé la música, apreté su mano, -vamos tranquilos- le dije, volteó a verme y sonrió, entonces me relajé y disfruté la lluvia por la carretera.