martes, 18 de noviembre de 2014

Naufragio en el día de museo

El día pintaba HER-MO-SO: Festivo, puente, descanso, casa limpia, no tareas, no pendientes, incluso el astro sol al fin se había dignado en salir y calentar un poco... huy! Siempre he pecado ser planeadora, a mi esposo le molesta un tanto eso, lo sé, pero es que si no me organizo desde antes y me llegan a faltar las toallitas de la beba en la pañalera me enoja! me enoja no estar pendiente de todo (Cargo el pin de super mamá) el caso es que muy temprano me puse a pensar ¿Qué haremos hoy? un parque, el cine, el desfile del 20 de Noviembre y entonces, cual caricatura japonesa me brillaron los ojitos; Hacía meses que los espectaculares de la carretera anunciaban la exposición del Titanic en el parque Guanajuato Bicentenario, recordé que los Lunes no habrían y mi gran sorpresa fue que, por ser festivo, estaría abierto ese mismo Lunes! Pues vamos!
Organicé todo, desayunamos con la abuela y nos dispusimos a ir a sorprendernos con las recreaciones y objetos originales del más impresionante barco de la historia. En el recorrido al parque no paraba de cantar cual Celine Dione "My Heart Will go on" claro, llevaba a mi Jack al lado (Hasta que Jack me cayó) llegamos al parque  y de inmediato  notamos el esplendor del mismo, a pesar de estar tan cerca sólo lo había visitado una vez y hace mucho tiempo y esa ocasión estaba decidida a visitarlo todo, decidida a que mi Max conociera el mamut de tamaño real, comprendiera la historia de nuestro país, en fin, todo todo todo era nuestro y teníamos todo el día para disfrutarlo! la sala más próxima era precisamente la de Titanic, obvio tenía una super fila para ingresar y ahí nos formamos, turnándonos los niños, parados, sentados, caminando, comiendo, riendo, regañando, dos hooooras... dos largas horas para entrar (o más, para ese entonces ya no traíamos ni batería en los celulares) y al fin llegó nuestra hora :) abordamos el TITANIC! yo de la mano de Max, mi esposo cargando a la beba, todo muy IN en tecnología, nos dotaron de nuestros audifonos y mp3 que describían a detalle cada foto y cada vitrina, expuesto estaba el corazón del océano (no alcancé a escuchar la historia) también la historia de Jack y Rouse (que no eran Jack y Rouse y que tampoco alcancé a escuchar la historia) esperen, esperen... que por qué no escuché las historias? verán, al pasar a la sala dos a Max le dieron ganas de ir al baño (iba justo en la imagen 22) tuve que salirme de la sala, ir corriendo al baño y regresar cuando mi grupo ya iba en la imagen 33, ya habían pasado el hermoso pasillo de primera clase y la recreación de las habitaciones de primera y clase baja; relevé a mi marido con la nena y entonces Sofita sacó al chucky que lleva dentro y me jaló los audífonos, tomó mi mp3 de celular y no supe como le programó hasta la imagen 16! lloraba, quería caminar, no siempre no quería caminar, que la alzara, que la bajara, quería tocar todo no! tuve que salirme antes de la mitad de la exposición, diez minutos después salió mi esposo con Max y cara de pocos amigos, para serles sincera sí se me salieron las lágrimas, mi emoción y la espera se vieron frustradas (aparte del coraje de mi esposo ya que por un rato se le perdió Max :/  ) no fue el día que esperé, terminamos estresados porque sólo entramos a esa sala y ni siquiera terminamos de verla, ni mis hijos conocieron al mamut, es más, creo que ni les interesa :(
De regreso a casa y repasando lo aprendido más que la historia hermosa del Titanic lo que aprendí en esa visita al museo es que ya habrá tiempo para todo y a no llevar a mis monstruos a museos, no están en edad de que les guste, mientras mis gustos pueden esperar, creo (la sala de Titanic no es permanente)
Más tarde mi esposo y yo pudimos verlos en sus camas, tan tranquilos, taaan diferentes a como son de hiperactivos y sin lugar a dudas nos damos cuenta de que a pesar que me frustren mi dia (o me lo frustre yo sola por ilusa) no cambiaría por nada esos momentos tan buenos y tan malos que me hacen pasar. Y no me juzguen ya sé que soy la única loca a la que se le ocurre llevar a sus hijos a un MUSEO
Cómo terminó mi día? Niños dormidos, papá dormido, palomitas y una buena peli! Adiós puente...