lunes, 18 de febrero de 2008

La Clave Maravilla (Parte I)


Entrar a la ciudad de México, de por sí nos paniqueaba cañón, como bien nos lo ha metido en el coco la tele, sentíamos a todos los cristianos al acecho sobre este par de fuereñas que tenían, a fuerza, que cruzar por sus campos minados de ratas…

No queríamos ni voltear, alucinábamos que cualquier vecino en auto pudiese sacar su arma de alto calibre y disparar hacia estas jovenzuelas confundiéndolas con terroristas con cara de ángel, pero para acabarla de joder, el auto de Gloris tenía los vidrios polarizados, así que en medio del terror teníamos que transitar con los vidrios abajo por aquello de las leyes marcianas de ese estado, por tal razón, y en plena madrugada y con el frío matutino de la ciudad de México, nos estábamos congelando y yo, que no soy friolenta (ajá) nomás volteaba a mi alrededor con los ojos bien abiertotes tratando de captar cualquier movimiento en falso de todos aquellos con cara de acecho.

Ya casi la librábamos, las indicaciones eran, seguir por el periférico hasta cruzar la ciudad, bien, todo el trayecto era casi normal, ya hasta estaba empezando a querer esa ajetreada ciudad y hasta a decir “adiós” a los histéricos conductores que gozaban de maldecir las santas madres ajenas con sus sonoros cláxons.

Poco faltaba para salir de ese agujero cuando ching… al frente, ese tránsito con cara de hambre, nomás oí decir a Gloris un “ya valió madre” y seguimos, pero ésta se percató que aquél hombre con traje de Pedro Infante en su peli…, esa de la canción de “parece que va a llover”, se llama… “a toda máquina”??? ah pues esa pues, nos venia dando alcance y cuando menos, ya estaba a nuestro lado indicándonos el famoso “oríllese a la orilla” y ésta como pudo se salió a su derecha esquivando unos cuantos locos…

Por un momento pensamos acelerar y darle a todo tal cuales locas en rápido y furioso versión Cd. De México, pero estábamos seguras que las cadenas de corrupción no nos dejarían huir así como así…

Detenidas ya, seguíamos dentro del auto (“sabio” consejo de nuestros experimentados padres) hasta que la “morsa” (apodo dado debido a su tupido bigotote y su ancha mascarota) se acercó

Mr. Morsa: señorita me permite sus papeles por favor

Gloris que ya los tenía a la mano, se los mostró

Mr. Morsa: ahh (con cara de huevo) pues estos están bien, así que vienen de Guanajuato

Baboso, no decía ahí claramente GUANAJUATO???? Si pa’ weyes nomás esos ching…

Gloria: (con cara de “ah! Que wey este”) si, venimos de Guanajuato

Mr. Morsa: pues me da pena decirles que están infringiendo la ley no. 84 (no me acuerdo si era esa, pero el wey ya se la tenía de memoria) de nuestro código de tránsito que dice que el día de hoy NO CIRCULAN los autos con su terminación de placa

Nosotras: que???????????!!!!!!!! Chales

Para esto, ya Gloris según se había prevenido con algunos consejos locales de que sacara la verificación tal de la terminación tal y no habría ningún problema pero al parecer Mr. Morsa aún no estaba enterado de eso o no le habían pasado la actualización del código, su objetivo, obvio, JODER

Morsa: y pues me temo que tendré que levantarles la respectiva infracción y remitir (ah, me encanta esta palabra) su auto al corralón para su salida el próximo lunes (eso porque era viernes y el sábado al parecer los webas no trabajan, osea, que nos cargaría el payaso hasta el lunes).

Y ya la Gloris bien encarajada, que se baja del auto cuando vio que Mr. Morsa se dio la vuelta y se dirigía a su motocicleta para hacer la respectiva multa y ahí vamos las dos…

Mi coco se aceleró y empezó a trabajar mi rata cerebral a todo lo que da, que? Eso significaba, quedarnos el fin de semana ahí, en esa “insegura ciudad” y peor aun, tener que pagar hotel, comidas y demás y movernos en el metro (donde tortean) en taxi (donde matan) o en bus (donde violan), pues ni a cual irle… y que me bajo yo también creyendo que como a Gloria estaba que se la llevaba la chingada, la de las negociaciones tendría que ser yo…

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